lunes, agosto 08, 2005

DEL PORQUÉ SE QUIERE A UNA CIUDAD

Dedicado a todos y todas quienes hacen parte de esta historia
El viernes pasado me encontraba en un lugar del que hace algún tiempo no salía, pero al que hace mucho tiempo no volvía. Y allí me di cuenta que mi vida, al igual que la de muchos de ustedes, está ligada a la vida de esta ciudad. Cuando yo llegué me tocaba levantarme a las seis de la mañana para tomar un bus sobre la avenida 19, aguantando el frío del recién llegado y los trancones de la obra de la glorieta de la 100 con 15. Bueno, aunque los inaguantables trancones continúan y el camino ahora es más largo y su tránsito más tedioso, ocurrió que, tanto tiempo sentado en un bus oyendo las voces de melcocha de los locutores de los programas mañaneros de La Vallenata o Tropicana e imaginando la vida de tanto especímen montado me hizo entender por primera vez el significado de vivir en Bogotá.
Las calles. casas, parques y fachadas viven su vida propia y albergan nuestras vidas. Cuando somos niños, corremos y montamos bicicleta en cualquier par de metros cuadrados que tengan pasto y que creamos que no está minado por los desagradables desechos de un can. Luego, esas mismas calles nos muestran muchas de las cosas buenas y malas de la vida, los amigos y los ladrones, los consejos y los vicios, las mujeres que nos gustan y los personajes que detestamos. Y las calles van viviendo su propia vida: les salen huecos y jardines, las maquillan con pintura y con grafitti, se adornan con niñas lindas o con basura...
Luego llega la triste etapa en la que a uno le toca salir a estudiar. El mundo de la ciudad se ensancha, los recorridos se van haciendo familiares y en la memoria se van grabando las vallas publicitarias, las direcciones, los carros, los lugares, los casos y las cosas que vamos viendo en esos diarios y acostumbrados caminos. Y llega un tiempo en el que los recorridos ya no son sólo al colegio, uno empieza a explorar como gato cachorro en casa nueva las callejuelas intrincadas de nuestra ciudad, y va conociendo a todos estos personajes que son de fuera de la casa, que los padres no quisieran que uno vea pero que inevitablemente forman parte de nuestro variopinto paisaje.
Y cada buen recuerdo está ambientado en un buen lugar: El helado que vendían en la tienda a cien pesos y que uno dejaba derramar en sus manos caminando hacia el parque, el primer beso en el borde de un andén cualquiera, el balón que se iba a la calle por encima de las rejas de una cancha de algo, las carreras en bicicleta alrededor de una manzana, la infaltable cerveza que se comparte con los amigos en una tienda mientras se habla de nimiedades, las caminatas por la séptima hasta el Parque Nacional, y todos aquellos en los que, al lado con el hecho en sí, viene a la memoria el lugar donde ocurre.
Afortunada y desafortunadamente, el escenario cambia. Mi mamá me cuenta con tristeza sus tardes en el ótrora hermoso Salto del Tequendama, y mi abuelo me relata con nostalgia las salidas con mi mamá y mis tíos al Parque Nacional a comer mazorca de tres centavos y a montar en carrusel. La vida de la ciudad es la vida de sus habitantes, y somos catorce millones de manos que le damos forma, queriendo y sin querer, a recuerdos ya no sólo de sus vidas sino de sus lugares.
No se si dije todo lo que se me ocurrió sentado en ese bar con una cerveza en la mano mientras mis amigos conversaban, pero aún tengo muchas cosas atropelladas. Con todo, creo que más o menos eso es lo que significa para mì vivir en Bogotá, y creo que esas son las razones por las que se quiere a una ciudad, y no necesariamente -pero en mi caso- a Bogotá. Perdonen lo cursi.

14 Comments:

At 5:23 p. m., Blogger David Motta said...

Cada quien tiene una pequeña versión de Btá, está para quienes Btá se convierte en una zona vetada económicamente despues de la 1ra de mayo hacia el norte, para quienes la ciudad constituye Univ., chuxos,papelerías y también para quienes la capital es un consorcio de bancos y clubes privados pero cada quien aprende a querer su versión lastimosamente el querer no es garantía del cuidad. Un saludo

 
At 5:49 p. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

FOUCAULT: Es difícil definir ciudad como ud. la define. Y aunque se supone que querer debería significar tener cultura ciudadana, muchas veces por ignorancia, pereza o rebeldía hacemos cosas que lo único que hacen es ponernos más difícil la vida en nuestra ciudad. Un saludo y gracias por su comentario.

 
At 6:32 p. m., Blogger Mal Ladrón said...

Vivo en Bogotá hace más o menos un año. Me gusta mucho la ciudad y, viviendo donde vivo, por la caracas entre 53 y 63, he convivido con cosas que nunca imaginé tener tan cerca: por ahí en algún par de post las refiero y sería bacano que las pillara.

Saludos...

 
At 6:32 p. m., Blogger Mal Ladrón said...

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At 8:03 p. m., Blogger Pili said...

Que lindo, que nostálgico, que maravilloso, mis lagrimas se derraman, amo a esta ciudad sea como sea, pero la amo.

 
At 8:09 p. m., Blogger juglar del zipa said...

Me habrá faltado tener una intensa vida de barrio (en otras palabras, una infancia normal) para poder pensar de esta manera.

Me encantaría no haber sido deformado como historiador para no tener esta idea escéptica de que Bogotá es demasiado algo que no es y no sabe mucho -o sencillamente nada- de lo que ha sido, por ignorancia, por arribismo, por miopía, no sé.

Y a manera de metáfora de esto mismo están ahí los cerros. Esos cerros que no están en ninguna otra parte, esos cerros y esas nubes, ese frío. Esas cosas que extraño de Bogotá cuando no estoy aquí. Esos cerros que son como el mar para quienes viven a su lado. Esos cerros han estado ahí siempre y siempre estarán, esos cerros que sí saben cómo ha sido la vaina.

 
At 9:33 p. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

MAL LADRÓN: Efectivamente Bogotá es un lugar demasiado indiferente, y no es que yo piense que Bogotá sea un jardín de rosas: si lee mis posts le aseguro que se convence. Pero con todo a Bogotá se le quiere. Gracias por su comentario. PILI: No quería que este 'post' fuera lacrimógeno, pero bueno, al menos eso supone que le estoy llegando al alma a alguien con lo que escribo aquí, y sobre todo que Bogotá nos está llegando al alma... Gracias por tu comentario. JUGLAR: Bogotá no es un jardín de rosas, pero el 'post' no tenía la intención de decir algo objetivo sobre la ciudad, simplemente es la forma en la que yo la veo y las razones por las que yo la quiero. Sin embargo, por algo la queremos todos. Un abrazo y gracias por tu comentario.

 
At 9:39 p. m., Blogger Juliette said...

Es inevitable sentir y pensar algo así... Los lugares también construyen nuestra vida, también hacen parte de nosotros.
Total, en ellos trancurrieron los hechos que nos hacen lo que ahora somos. Creamos con ellos un lazo que sólo podría romperse en el mismo momento en que perdamos las imágenes que guardamos; imágenes hechas recuerdos.

 
At 9:58 p. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

JULIETTE: Ese es el punto, otra vez. Tu siempre los coges :). Un saludo y gracias por tu comentario.

 
At 9:53 a. m., Blogger Mal Ladrón said...

No sé sí quedó claro. Bogotá me gusta mucho, por muchas cosas que ahora no vienen al caso, y el hecho de que por momentos parezca indiferente y hasta bizarra hace que, de alguna forma, me guste más. Esa indiferencia, contrario a lo que podría pensarse, no es algo que uno pueda decir malo ni mucho menos: es simplemente el resultado del ritmo de vida de una capital y así, como algo tan inherente a ella como lo mejor que uno pueda ver, hay que asumirlo y, si es el caso, registrarlo. Pero su ciudad me gusto mucho.

 
At 8:04 p. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

MAL LADRÓN: La indiferencia es un problema y a la vez una salida: no queremos ver los problemas de los otros, y aunque a veces la excusa es cierta -tengo afán- es sólo eso, una excusa. Una sonrisa, o un dialogo de dos minutos no quitan ni ponen nada. Por otro lado, el ritmo de vida al que esta ciudad nos obliga a veces nos envilece, pero eso es parte de la magia como ud. dice. El problema es no dejarse envilecer. Gracias por su comentario.

 
At 4:36 p. m., Blogger mundochacalblogspot said...

Una imagen vale más que mil palabras. Sí al silencio.

http://mundochacal.blogspot.com

 
At 7:07 p. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

RICARDO: ¿Cómo va a haber música en silencio? Un saludo y gracias por su comentario.

 
At 11:45 a. m., Anonymous Anónimo said...

HOLA. DESDE EL CARIBE EN:
http://zeniaregalado.blogia.com

¡Qué hermoso apego a la ciudad en la que se vive¡. Es un buen punto para ser patriota y trabajar por el bien común.

 

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