viernes, agosto 12, 2005

POLICÍAS Y LADRONES

En el centro, los vendedores ambulantes viven de esconderse de la policía. Hay horas del día en las que es relativamente fácil encontrarse con uno de ellos, pero hay horas en las que las calles parecen un desierto. Los policías, por su parte, cada cierto tiempo pasan orondos con sus motos o sus bolillos en la mano, y con su mirada vigilante y agresiva esperan encontrar uno de estos "criminales" invasores del espacio público para divertirse fastidiándoles la vida, o para darles su "merecido" estampándoles el bolillo en la espalda o el estómago.
Analicemos los dos lados de esta situación. Por un lado, los vendedores están en el limbo económico y están viviendo del dinero que se pueden ganar a escondidas, el cual por supuesto es mucho menos que antes. Es cierto que invaden el espacio público y que el libre disfrute de éste es un derecho colectivo, pero también es cierto que se les prometió reubicación pronta y alternativas económicas y no se les ha dado nada de eso. Algunos cambiaron de oficio por su cuenta, pero el hecho de que muchos sigan jugando a policías y ladrones-vendedores -porque para algunos idiotas es lo mismo- demuestra que esas promesas no se han cumplido. "Puras palabrerías", como me dijo hoy mi ótrora habitual expendedora de cigarrillos y chicles cuando me la encontré después de tres meses de no verla. Todo esto sin contar que todos ellos tienen hijos, que aún tienen deudas con los proveedores, y que las promesas incumplidas como reparación o compensación a las víctimas de leyes aplicadas a la fuerza son la clase de fenómenos que han cultivado el resentimiento que hoy nos tiene en las que nos tiene...
Por otro lado están los verdes, los agentes de policía que son quienes, en últimas, tienen la obligación laboral de evitar que los vendedores vuelvan. Vaya trabajo. En primer lugar hay que recordar que la mayoría de ellos son de extracción humilde, y que ese uniforme y ese bolillo representan su única alternativa de subsistencia. Creo que esa es la razón por la cual la mayoría de ellos no está de acuerdo con la medida; pero que nadie se vaya a enterar, porque o si no sus madres no tienen para la medicina ni sus hijos para la leche.
Sobre la crueldad con la que por lo general actúan se pueden decir cosas interesantes. En primer lugar, que es posible que su empleo sea una instrucción directa de los superiores motivada por la necesidad de coaccionar a los vendedores a irse de una vez y para siempre. También es posible, por otra parte, que la poca "autoridad" que detentan les haga creer que pueden pisarle la cara e irrespetar a quien se les de la gana. Esto es producto de la poca preparación que la institución policial les da para manejar ese "poder", lo que sumado al ambiente resultadista en el que quien capture a alguien sale el domingo hacen que cualquiera sea sospechoso y el que mire mal sea perseguido. Obviamente también hay agentes que sí saben hacerse respetar y tratar a las personas, pero la Policía debe tener en cuenta una máxima del mercadeo: cuando uno tiene una buena impresión de un producto, uno le cuenta a una persona o dos. Cuando la impresión es mala, uno le cuenta a todo el mundo.
La culpa no es de unos ni de otros, es de la Alcaldía porque lo único que logró reubicando a los vendedores ambulantes fue hacerles la vida difícil a unos y a otros: los expendedores siguen ahí por ratos y el espacio público no se ha recuperado, porque cuendo no está lleno de vendedores está lleno de policías. Ésta parece ser otra guerra creada por los poderosos en la que los pobres pelean contra los pobres. ¿Liberales contra conservadores? ¿Guerrilleros contra paramilitares contra soldados? Puede parecer, pero esta guerra es de vendedores contra policías.

11 Comments:

At 6:48 p. m., Blogger Pili said...

Estoy totalmente de acuerdo contigo. Como futura abogada tengo muchas cosas que decir, pero me reservo toda la palabrería...

 
At 12:40 a. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

PILI: No te la reserves, este blog se llama NO AL SILENCIO, y tu callas lo que tienes que decir...:( Igual si estás de acuerdo conmigo nos evitamos la pelea típica filosofía vs. derecho. Cuidate y gracias por tu comentario.

 
At 2:22 a. m., Blogger Juliette said...

Como en muchas cosas, son las personas del común las que pagan con la calidad de su vida las decisiones de los gobernantes que quieren o deben quedar bien (para el resultado da igual). Triste como muchas cosas...

P.D. Son las 2.20 del sábado. En especial hoy, gracias por compartir mi espacio. Un abrazo.

 
At 4:58 p. m., Blogger David Motta said...

Mi hno. fue aux. bachiller hace como 5 años y la verdad nunca le escuché un comentario positivo acerca de los ambulantes; según su experiencia la mayoría de ellos sirven de 'caletas' para los ladrones que azotan a los transeuntes guardando desde puñales hasta la plata o producido que llaman.

Algunos de ellos también guardan droga , así que los ambulantes no son para nada santos ni victimas de la sociedad porque ellos provienen de ambientes en donde el robar es algo común y muchas veces los mismos ladrones del centro pueden ser sus vecinos, en definitiva los ambulantes no son buenos para una ciudad porque le dan un mal aspecto turistico y pueden convertirse en agravantes con respecto a la seguridad. Un saludo

 
At 9:21 p. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

JULIETTE: Triste, pero cierto. Te recomiendo La Franja Amarilla, de William Ospina para que entiendas como se ha dado ese proceso. Un abrazo y espero que estés bien. FOUCAULT: En uno de mis primeros posts decía que un ambiente que no satisface deberes incuba el delito. Si ud, dice que vienen de ambientes donde "robar es algo común" los está justificando: nosotros venimos de un ambiente donde no robar es algo común, además de mostrar que el Estado no ha hecho absolutamente nada por cambiar esa situación. Ud no puede juzgar a nadie por sus vecinos, ni pensar que por que ellos no tuvieron suerte son indeseables. Un saludo.

 
At 10:26 p. m., Blogger David Motta said...

Existen claras excepciones a estos casos pero son contadas, lastimosamente en un país donde se vive la Colombia bien, la no tan bien, y la pesima cada una tiene su modo de sobrevivir o vivir. Por ejemplo, existe una Colombia donde los viajes al exterior son normales y accesibles, otra donde estudiar en la Univ. es normal y accesible y la otra, en donde el robar se convierte en la opción mas útil para alimentarse. No es justo culpar a las personas por su situación debido a que un estado injusto las ha condenado a la miseria pero no se puede desconocer que muchos de estos individuos no tienen arreglo. Es simplemente una opinión. Un saludo

 
At 8:51 p. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

FOUCAULT: De acuerdo en que es sólo una opinión, en cualquier caso todos hemos sido víctimas de la inseguridad de la que los ambulantes no pocas veces son cómplices. Eso que ud. dice de que "algunos no tienen arreglo" me recuerda un episodio de El Siguiente Programa en el que Martín propone que para acabar con todo el chibcherío había que poner una bomba atómica en este país, el problema es desconocer la dignidad de las personas que "no tienen arreglo" posiblemente porque a nadie le interesó hacer algo en su momento. Un saludo y gracias por su respuesta.

 
At 9:52 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me parece importante que ud. mencione la situacion familiar de la mayoria de los vendedores ambulantes. Es cierto, muchos de ellos tienen hijos que mantener, y ese trabajo constituye su unico sustento, pero también es cierto que la mayoria no usa ningun tipo de protección, trayendo asi mas hijos al mundo sin pensar en el futuro de ellos, que obviamente se vería afectado por las condiciones economicas en las cuales nacen.
Es por esto que cuando vamos por la calle, en la mayoria de los semaforos, mujeres ruegan por una moneda, meintras llevan consigo cuatro o hasta cinco niños, sin mencionar el otro que viene en camino.

 
At 10:12 p. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

ANÓNIMO: El problema es que nadie les enseña a protegerse, ni la importancia de hacerlo... Un saludo y gracias por su comentario.

 
At 12:03 a. m., Anonymous Anónimo said...

Faltó uno: El policia cliente. Está bajo el título de Bogotá sin indiferencia? en www.elpasquin.com

 
At 6:39 a. m., Blogger José Luis Peñarredonda said...

ORÁCULO: El policía cliente.... Creo que de cierta manera todos los policías son clientes, si no de sus proveedores de sobornos de sus proveedores de pebendas, es decir sus superiores. El problema es que cualquiera puede ser un bien objeto de cambio. Graacias por su comentario.

 

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