EL RESURGIMIENTO DE LO POPULAR
Todo empezó como un fenómeno televisivo: ‘Pedrinchi Coral’, el típico miembro de ese grupo social que algunos llaman chusma, otros pueblo y otros clase media, hacía su aparición en las pantallas chicas y desde ahí en la memoria colectiva de los colombianos. Eso fue el ‘boom’, la explosión que demostró a algunos empresarios que lo popular se puso de moda, y que era un buen negocio. Luego sobrevino la aparición en la jerga de todas las clases sociales de expresiones ya arraigadas en el pueblo, como “no me le pegue al perro” o “mi mompirri”, y el recordado resurgir de la canción “El Pirulino” en las listas de éxitos y de la mal llamada “greña escamosa” en los salones de belleza y peluquerías.
Eso fue sólo el principio de una tendencia que ha llegado, inclusive, hasta las paredes y camisetas de muchos bogotanos, generando inclusive un colectivo y una exposición artística hecha por Popular de Lujo. Fue desde ahí que el indio de Pielroja empezó a aparecer en las camisetas de los niños bien y en toda clase de adminículos, que canciones como “Lloro Por Tenerte” –no se si ese sea el título verdadero- regresó a las listas de música tropical, e inclusive que la cuentería, recopilación de lo popular por excelencia, tuviera un nuevo auge. Se empezó a ver el sonsonete del vendedor de bus “Buenos días damas y caballeros, el día de hoy…” de una forma diferente, y la gente empezó a mirar nuevamente hacia lo callejero, lo coloquial y lo popular, tal vez como una forma de identificación, tal vez como un nuevo rebuzno de la moda.
Sobre algunas calles hay screenings, pinturas sobre plantillas que elogian algunas expresiones populares como “sáquele foto”, o “píntela papá”. Algunos aventureros han intentado vender camisetas –entre ellos nuestro amigo Miguel- con expresiones e imágenes cotidianas, y en general se ha intentado hacer negocio con todo esto. La pregunta es: ¿lo popular es un negocio? Si a todo el mundo le cobraran por repetir las expresiones de Beto Reyes –como se estila actualmente- a lo mejor el personaje no sería tan popular. Pero tampoco lo sería si alguien no hubiera dicho “péguele” antes –de hecho muchas personas lo decíamos.
De acuerdo con que lo popular resurja, seamos un poco optimistas y pensemos que la gente va a ser un poco menos ciega si se da cuenta que lo que su abuela decía todos los días ahora está impreso en una pared o una camiseta. De acuerdo con que se vendan -¿y se compren?- camisetas, pero mucho ojo, “no vaya y sea que me lo roben, mijito” y hasta el patrimonio cultural sea propiedad privada.
PD: Pido mil disculpas por no haber ‘posteado’ los dos últimos jueves. La razón: semana de parciales y entrega de ensayo. Igualmente, quisiera abrir el primer espacio publicitario que este blogger tiene a bien regalar a un nuevo portal llamado Plaza Capital. Será lanzado el miércoles, es de la Universidad, y la verdad es una propuesta bien interesante, no sólo porque yo haya escrito algo por ahí :).
Eso fue sólo el principio de una tendencia que ha llegado, inclusive, hasta las paredes y camisetas de muchos bogotanos, generando inclusive un colectivo y una exposición artística hecha por Popular de Lujo. Fue desde ahí que el indio de Pielroja empezó a aparecer en las camisetas de los niños bien y en toda clase de adminículos, que canciones como “Lloro Por Tenerte” –no se si ese sea el título verdadero- regresó a las listas de música tropical, e inclusive que la cuentería, recopilación de lo popular por excelencia, tuviera un nuevo auge. Se empezó a ver el sonsonete del vendedor de bus “Buenos días damas y caballeros, el día de hoy…” de una forma diferente, y la gente empezó a mirar nuevamente hacia lo callejero, lo coloquial y lo popular, tal vez como una forma de identificación, tal vez como un nuevo rebuzno de la moda.
Sobre algunas calles hay screenings, pinturas sobre plantillas que elogian algunas expresiones populares como “sáquele foto”, o “píntela papá”. Algunos aventureros han intentado vender camisetas –entre ellos nuestro amigo Miguel- con expresiones e imágenes cotidianas, y en general se ha intentado hacer negocio con todo esto. La pregunta es: ¿lo popular es un negocio? Si a todo el mundo le cobraran por repetir las expresiones de Beto Reyes –como se estila actualmente- a lo mejor el personaje no sería tan popular. Pero tampoco lo sería si alguien no hubiera dicho “péguele” antes –de hecho muchas personas lo decíamos.
De acuerdo con que lo popular resurja, seamos un poco optimistas y pensemos que la gente va a ser un poco menos ciega si se da cuenta que lo que su abuela decía todos los días ahora está impreso en una pared o una camiseta. De acuerdo con que se vendan -¿y se compren?- camisetas, pero mucho ojo, “no vaya y sea que me lo roben, mijito” y hasta el patrimonio cultural sea propiedad privada.
PD: Pido mil disculpas por no haber ‘posteado’ los dos últimos jueves. La razón: semana de parciales y entrega de ensayo. Igualmente, quisiera abrir el primer espacio publicitario que este blogger tiene a bien regalar a un nuevo portal llamado Plaza Capital. Será lanzado el miércoles, es de la Universidad, y la verdad es una propuesta bien interesante, no sólo porque yo haya escrito algo por ahí :).
posted by José Luis Peñarredonda @ 11:32 p. m.
7 Comments:
Cordial saludo:
NO está descubriendo nada nuevo. Lo que pasaes que ante el influjo arrollador de un medio como la tv. las propuestas de la cultura facilista que alli se propone tiene calado inmediato. Y de alli se irriga al gusto general, de tal forma que todos quedamos, queramos o no, hablando de lo ordinario, vulgar, fantoche, ramplón y demás, como si de verdad fuera una esepecie de campo cultural nuevo. No es que nos hayamos vuelto a las raices, sino que nos estan imponiendo la necesidad de mirarnos permanentemente los zapatos rotos y el olor a pecueca. Ese es el sentio de lo nepopular que se impone ahora.
A mi me molesta eso de que comercialicen lo popular como si fuera algo 'fashion' que llaman. Me explico, el hecho de que gente goma tenga las camisetas de buseta, tripa, marca gato, entre otras solo ratifica que consideran eso que es autóctono como una simple ocurrencia más de los diseñadores sin poner cuidado al fondo del asunto, es decir a los verdaderos orígenes de lo que se ponen. Eso me enfuerece, pero por otro lado no se les quita lo valiente al hacer propuestas diferentes, pero ya el mercado está inundado, ahora todos se las quieren dar de alternativos con cosas que siempre han estado, y pensar que todo empezó con Andrea Echeverry.
No sé, no me gusta mucho esa idea de lo neopopular... pero en cuestión de moda y cosas: entre gustos no hay disgustos.
;) un abrazo.
VOPA: Lo de la antigüedad del seudomovimiento cultural lo supuse: en efecto pensé en Don Chinche, pero no se que pasó depsués de él. Yo no se si se puede tildar de "facilista" lo popular-televisivo que nos venden por ahí, a mi se me hizo que Pedro el Escamoso en efecto si logró retratar algunas de las dificultades populares, como la falta de plata y demás. En todo caso no creo que el problema esté en lo que se nos vende sino en lo que compramos, y ahí si hace falta una labor enorme de educación -el problema de siempre-.
En efecto tenemos pecueca y somos ramplones, pero es menos engañoso reconocerlo con gracia artificial y con una risa mediática que pretender que comemos sardina y vomitamos salmón. Un abrazo y gracias por su comentario.
ABSOLUT: Lo neopopular... hay dos cosas, lo primero es que lo alternativo ahora es lo conservador, todo el mundo quiere innovar y eso es una ley. No se si me explico: la alternativa ahora es no ser "alternativo".
Lo segundo es un problema de juicios: a mucha gente, como a tí, le molesta que se "caspeen" todo, lo que yo pienso es que es cuestión de tolerancia... Ni modo, al fin y al cabo en sentido estricto somos casposos de los españoles, y ellos son casposos de los romanos que a su vez lo son de los griegos que a su vez lo son de los egipcios y así sucesivamente... Además vivimos en una cultura, y por definición eso implica movimiento: no podemos pretender que algo no cambie cuando alguien lo adopta... Cuidate mucho y gracias por tu comentario.
Negocio desde la t.v, simplemente eso: vuelven popular el negocio de lo popular. Y sí, es notorio, y aún más, abrumador tal como lo es algo cuando está de moda. Un abrazo.
Guacala lo popular y más de esa forma, no comparto nada de esa vaina, lo que más me enfurece es que la gente hable tan mal, no les preocupa su imagen? A mí si, de tanto, eh..... ah, no sé ni que pensar.
Y leí el artículo, me gustó mucho el inicio, creí que era más largo, creo q ya entendio lo de objetivo, pero bien, congratulations!
Me gustaría que unos estúpidos leyeran lo que escribiste, necesito callarles la boca.
JULIETTE: Está de moda. Y es triste que esté de moda, porque, como todo lo demás, se volvio un condón: se destapa, se disfruta, se ensucia y se bota. Cuídate mucho y gracias por tu comentario.
DIEGO: No se, habría que ver cuál aproximación es una burla, cuál un negocio y cuál un rescate al menos bien intencionado. Es evidente que la ramplonería de Beto Reyes no es más que un negocio, pero uno se pregunta: ¿será que la gente es tan estúpida que disfruta que se burlen de ella misma. será que no se dan cuenta que se ríen de ellos mismos y no con Beto Reyes?
Lo realmente vomitivo es que lo popular no sea aceptable si no es "chic"; todo parte de la misma dinámica con la que se ha excluído a lo colobiano y al colombiano por siglos. Y ahora no sólo los excluyen sino que se burlan de ellos (nosotros), y ellos (nosotros) ahí como idiotas pagando por su (nuestro) propio ridículo. Me deprime... Gracias por su comentario.
PILICAPTI: Pues la gente habla mal, pero (por favor no tomar como un vainazo) hay gente que cree que hablar bien es hablar como gringos, y lo que les sale es un masacote frente al que aún el rebuzno reguetonero es un docto discurso. Y respecto a los idiotas, muéstraselo, tu puedes hacer con esto lo que quieras... Cuídate mucho, un besito y gracias por tu comentario.
Si, lo tendré en cuenta.
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